1-MUÉVETE
Camina
la vida, recorre los lugares que amas y visita aquellos que aún no has
conocido. Baila, baila esa canción que tanto te gusta. Muévete dentro de
tu casa, atesorando cada rincón. Cambia los mueles, re-ordena esos
rincones olvidados. Renueva tus espacios, planta flores nuevas. Recorre
la vida de otra manera, distinta a lo que has hecho hasta ahora. Sal de
la rutina del trabajo, las relaciones y los patrones de vida. Cambia tu
perspectiva. Acércate a quien no te has podido acercar, aléjate de
aquellas cosas que te dañan y que ya no son aporte en tu día a día, y si
acércate a quienes te aprecian, te hacen sentir cómodo (a) y aceptan
toda tu autenticidad, a quienes te aman tal como eres. No necesitas
hacer grandes recorridos para hallar aquello que te hace vibrar, a veces
moviendo pequeñas piezas y ordenando las cosas, aparecen las nuevas
oportunidades y los nuevos renaceres.
2-TOCA
Toca
tu cuerpo, toca a los que amas. Abraza a aquellos que no has abrazado, a
quienes sientas lo necesitan, incluso a aquellos que ponen distancias
al contacto físico, lo más probable es que sea quien más necesite el
calor del contacto. Toca las flores de tu jardín, toca los animales que
pasan por tu vida, toca aquellos objetos que adornan tu día, que te
traen paz y bellos recuerdos. Toca un instrumento musical, aunque sea
sólo para jugar con la música, verás como al hacerlo cantar, hará vibrar
tu corazón. Toca los árboles, toca el pasto recién mojado, toca la
suave arena de la playa, las rocas, el agua. Si el contacto te es ajeno,
toca, no lo aplaces ni un día más. Si por el contrario, el tocar te es
familiar, afianza esa virtud, úsala para que la vida sea más grata para
ti y para quienes alcances con tus manos. Tocar es en la cercanía, una
manera de concretar el afecto, el amor.
3-ESCUCHA
Siéntate
en silencio y entérate de todo lo que está allí, a tu alrededor, para
ser escuchado. Todos aquellos sonidos a los que jamás le has puesto
atención, están esperando que los reconozcas. Deléitate con el cantar de
los pájaros en las mañanas. Escucha aquellas canciones que hace que tu
piel se estremezca. Escucha las olas del mar jugueteando con la playa.
Escucha la voz de los que amas, la dulce voz de tu hijo, las amadas
melodías de tu amante, la voz ya algo cansada, pero llena de historias
de quienes nos ganan en años. Escucha al otro, en todos sus detalles, es
un arte el hacer sentir a alguien escuchado. A veces basta con ese
gesto, para ayudar, para aplacar ansiedades, para calmar dolores, por lo
tanto, sé generoso y escucha con el corazón. Oye el susurro del viento
entre las hojas de los árboles, oye la música de la naturaleza entera,
es la música de la tierra. Pero por sobre todo, escúchate a ti. Tu sabio
interno, tu alma fiel compañera. Esa que tiene la palabra exacta que
necesitas oír. Allí están las respuestas, allí está la verdad. Escucha a
tu corazón, que tiene un idioma tan diferente, pero que siempre sabemos
exactamente lo que nos quiere decir, cada latido, es un mesaje de vida y
una confirmación del amor.
4-SIENTE
Sin
miedo, nada te puede herir, no pierdas la oportunidad de sentir todo
aquello que te da la vida, que te hace humano, que te hace único. Siente
en pleno, en todo lo que eres, aquello que te recorre, cada
experiencia. Gozo, frío, dolor, hambre, pena, alegría, paz. No juzgues,
solo siente. Cada una se estas sensaciones tienen mensajes para ti, y
oportunidades de hacerte un ser más completo. No rehuyas la experiencia,
no rehuyas el vivirla a fondo. Siente el amor hasta que tu corazón se
rinda. Siente el cuerpo del que amas, su olor, su calor, sus detalles.
Siéntete, tus latidos, tu respiración, como reacciona tu ser a cada cosa
que vive. Siéntete y arrúllate en ese sentir, esa es la vida que te
abraza, eso es esta experiencia física, un festival de sensaciones que
te dan la bienvenida.
5-CONFÍA
Tú
sabes que eres parte de algo extraordinario. Si puedes reconocer la
maravilla que es la vida manifestada, entonces confía en que esa
sabiduría inexplicable, es un gran poder amoroso, que teje todas estas
historias. Y que detrás de ella hay una presencia ilimitada, desconocida
quizás, pero tan cercana. Ante tanta perfección, no queda más que
confiar. Confía en los flujos de la realidad, en los caminos que nos
llevan a aquello que necesitamos, para retomar lo que en verdad somos.
Confía en que nada es casual, en que todo es un aprendizaje. Confía en
esa mano que silente nos empuja a nuestra maestría. Y por sobre todo,
confía en ti, en tu poder personal, en la voz de tu intuición. Aquello
que resuena en tus oídos, eso es lo que debes hacer, confía. Aquello que
se te repite una y otra vez, es lo que debes realizar, confía. Aquello
que no puedes dejar de vivir, es justo lo que la vida te presenta para
crecer, confía. Aquello que sientes palpitar en tu ser, es todo aquello
que te espera, para ser encontrado, confía. Aquella voz que en susurros,
te muestra con exactitud lo que necesitas ver, es la voz de Dios,
confía!.
6-ENTREGA
Lo
mejor de ti, todo aquello que haces tan bien. Tus maravillosos dones,
tu cálida sonrisa, la caricia oportuna, la palabra que anima. Da tu
compañía, tu presencia, tu energía. Entrega tu tiempo como un regalo, tu
miradas de empatía, tu contagiosa esperanza. Entrega tus ganas de
vivir, para despertar al que está desanimado. Entrega esa caminata de la
mano, de quien te ha elegido, de ese quien tú has escogido. Entrega
ricas comidas, preparadas con la sal del amor. Entrega reuniones que
son, un homenaje a la amistad, al compartir. Entrega el silencio que
insta, a que el otro se exprese. Da una palmada de cariño, un recorrido
por la alegría, un paseo hacia el re-encuentro, un gesto de bienvenida.
7-RECIBE
Cada
regalo que te ofrece el destino. Recibe las experiencias de los
aprendizajes que vibran en ti y que te buscan sin condiciones. Recibe
los elogios, que te impulsan a continuar. Recibe cada ofrenda de tu
hermano, de cada amanecer, de cada vivencia, de todo cuanto te toca con
su mano mágica. Recibe el amor a manos llenas, para que lo des a manos
llenas. Recibe la melodía de la naturaleza, la luz del sol que te saluda
cada mañana. Recibe la compañía de los que amas, tan incondicional.
Recibe con amor, todo cuanto eres. Recibe con una sonrisa la música, los
colores, los aromas y los sabores de la vida. Recibe sin apelar, sólo
con agradecimiento. Recibe con humildad, aquella que te hará entregarte
con la misma devoción. Recibe agradecido (a), emocionado (a), lleno (a)
de asombro y certeza, cada regalo de esta vida.
Siete palabras mágicas, por Alejandra Vallejo Buschmann
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