Tomad asiento y poneos cómodos!

Hola a todos.
Este blog se creó por una persona que me animó a hacerlo. Me dijo entre otras cosas, que no me guardara nada para mí. Que mis pensamientos los tenía que compartir con el resto del mundo.
Y le hice caso. Creé el blog y de aquí en adelante escribiré todo lo que sienta, lo que vean mis ojos... Lo que mire mi corazón y lo que piense mi mente.
Aquí escribiré sentimientos, pensamientos e impresiones de hechos pasados y presentes. Así que... Bienvenidos seáis. Tomad asiento y poneos cómodos!

miércoles, 18 de abril de 2012

San Expédito.

Expédito. Así se llamaba mi padre.

No sé por qué hoy tengo que escribir sobre él.

Mi padre era un padre como otros muchos. Eso sí, era un buen padre. Yo era la niña de sus ojos. Si de jovencita alguna vez tenía un problema, lo llamaba al trabajo y él se dejaba de trabajar y acudía en mi ayuda. Le contaba todas mis cuitas, él lo sabía todo de mí. Me conocía tan bien que con sólo mirarme ya sabía lo que me pasaba. Se sonreía y me hacía un gesto con la cabeza como diciendo: "Venga, va... cuéntame qué te pasa..." Me sentaba a su lado y comenzábamos a hablar. Tanto hablábamos que mi madre se ponía "celosa" y nos decía que parecíamos unos novios festeando. En nuestro mundo no entraba nadie. Era nuestro solamente.

Él estuvo "ahí" en mi separación y posterior divorcio, dándome ánimos y preocupándose que no nos faltara de nada. Siempre pendiente de los niños (hoy ya no tan niños), se los llevaba a su "taller de reparaciones" y allí se pasaban las horas muertas. Arreglaban los juguetes que se habían roto durante la semana... Hacían lo que él llamaba "chapuzas" y se lo pasaban en grande, tanto que perdían la noción del tiempo y teníamos que sacarlos del "taller" casi a rastras. Puedo decir con mucho orgullo, que mis hijos tomaron a mi padre como modelo masculino a seguir y heredaron de él su saber estar, su nobleza y su templanza.



Fernando, Alberto, papá y yo
Cuando años más tarde cayó enfermo, fui con él al oncólogo. La noticia la recibimos como un autentico mazazo. Recuerdo que lo miré y él me miró. Dios! Qué mirada me dio! Le dije que pelearíamos hasta el infinito y me dijo que sí. Fueron seis meses muy tristes, sobre todo el día de mi cumpleaños, por que me notificaron que mi padre no saldría de esa, que era cuestión de tiempo, poco tiempo. Cuando comenzó la quimioterapia y el pelo empezó a caérsele, se lo corté casi al cero. Quise cortármelo yo también y solidarizarme con él, pero no me dejó. Estaba muy guapo con el pelo tan cortito, le hacía la cara de nene bueno.
Al final de sus días, cuando íbamos al médico, él ya no preguntaba nada. No quería saber su realidad. Aunque él nunca lo dijo, creo que sabía que su final estaba muy cerca... Como así fue. Unos días antes de morir, me arrodillé en el suelo, al lado de su cama y apoyando mi cabeza en su almohada le pregunté si él sabía que yo lo quería. Me miró y sonriendo me dijo que sí. Le dije que NUNCA se le olvidara.
La tarde en que murió, estuvo rodeado de la gente que le quería y a la que él quería... Lo cogí de la mano y dimos el salto juntos... Sólo que yo me quedé y él no. Tuvo una muerte muy dulce, no sintió nada y en ese momento, en ese instante le di gracias a Dios por que mi abuela lo recibió y yo lo despedí. Para mi fue un autentico privilegio tener su mano entre las mías en esos minutos.




Tres días después de muerte, soñé con él. Se presentó y no sonrió. Simplemente quiso transmitirme un mensaje para que se lo comunicara a mis hermanas y a mi madre. Sin abrir su boca y sin abrir la mía me dijo que quería darnos las gracias por cómo habíamos cuidado de su cuerpo físico mientras estuvo aquí, en la Tierra. A lo que yo le respondí que ojalá hubiéramos podido haber hecho más por él... Se dio media vuelta y sin despedirse, se marchó. Y creo que no se despidió porque no es una despedida, sino un "Hasta luego". Y desde entonces, no pasa ni un solo día en que no lo recuerde. Tanto en los malos momentos como en los buenos, sobre todo en los buenos.

Papá (hermosa palabra) te echo de menos. Ah! Por cierto, mañana es tu santo. FELICIDADES donde quieras que estés. Un beso.

Te sigo queriendo (que no se te olvide NUNCA).

No hay comentarios:

Publicar un comentario