Tomad asiento y poneos cómodos!

Hola a todos.
Este blog se creó por una persona que me animó a hacerlo. Me dijo entre otras cosas, que no me guardara nada para mí. Que mis pensamientos los tenía que compartir con el resto del mundo.
Y le hice caso. Creé el blog y de aquí en adelante escribiré todo lo que sienta, lo que vean mis ojos... Lo que mire mi corazón y lo que piense mi mente.
Aquí escribiré sentimientos, pensamientos e impresiones de hechos pasados y presentes. Así que... Bienvenidos seáis. Tomad asiento y poneos cómodos!

lunes, 23 de abril de 2012

El pasado, pasado es.

Te pasas el tiempo diciéndole a una persona "haz esto" o "haz lo otro", "cambia de actitud que me perderás si sigues así..." o bien: "Acompáñame a este sitio" o "comparte momentos conmigo"... Y cuando te cansas de tanto pedir y rogar, lo dejas correr. Estas casi agotad@, sin ganas de nada...

Pasa el tiempo y conoces a otras personas. Tu mundo ya es otro. Y un día, aparece el "perdido", el que no quiso compartir cosas contigo y se llama a sí mismo "tonto" ("qué tonto fui por no seguirte, por dejarte perder") y tú alucinas en colores. Y piensas: "Qué le pasa a este? Después de tanto tiempo sin saber nada de él y aparece cuando no lo llamas, cuando no lo necesitas para nada..." Y sonríes. Sonríes con una sonrisa timidilla al principio, para pasar luego a una sonrisa ancha... Y después se te escapa una carcajada!


Te pones a pensar en qué mecanismo mueve a las personas a que cuando ya no te tienen se arrepienten de haberte perdido y te dices a ti mismo y a ellos mismos que ya es tarde. Te dicen que no lo es, que nunca es tarde... Pero creo que el pasado nunca te ofrece algo que ya no sepas. Después de pasarlo tu mal y la otra persona está tan ricamente sentada en su atalaya contemplando el mundo ajeno a tu dolor, luego se acuerdan que una vez estuviste en su vida y te echa de menos.

 Permitirme que se me dibuje una sonrisa en los labios y que después se transforme en una carcajada sonora...

miércoles, 18 de abril de 2012

San Expédito.

Expédito. Así se llamaba mi padre.

No sé por qué hoy tengo que escribir sobre él.

Mi padre era un padre como otros muchos. Eso sí, era un buen padre. Yo era la niña de sus ojos. Si de jovencita alguna vez tenía un problema, lo llamaba al trabajo y él se dejaba de trabajar y acudía en mi ayuda. Le contaba todas mis cuitas, él lo sabía todo de mí. Me conocía tan bien que con sólo mirarme ya sabía lo que me pasaba. Se sonreía y me hacía un gesto con la cabeza como diciendo: "Venga, va... cuéntame qué te pasa..." Me sentaba a su lado y comenzábamos a hablar. Tanto hablábamos que mi madre se ponía "celosa" y nos decía que parecíamos unos novios festeando. En nuestro mundo no entraba nadie. Era nuestro solamente.

Él estuvo "ahí" en mi separación y posterior divorcio, dándome ánimos y preocupándose que no nos faltara de nada. Siempre pendiente de los niños (hoy ya no tan niños), se los llevaba a su "taller de reparaciones" y allí se pasaban las horas muertas. Arreglaban los juguetes que se habían roto durante la semana... Hacían lo que él llamaba "chapuzas" y se lo pasaban en grande, tanto que perdían la noción del tiempo y teníamos que sacarlos del "taller" casi a rastras. Puedo decir con mucho orgullo, que mis hijos tomaron a mi padre como modelo masculino a seguir y heredaron de él su saber estar, su nobleza y su templanza.



Fernando, Alberto, papá y yo
Cuando años más tarde cayó enfermo, fui con él al oncólogo. La noticia la recibimos como un autentico mazazo. Recuerdo que lo miré y él me miró. Dios! Qué mirada me dio! Le dije que pelearíamos hasta el infinito y me dijo que sí. Fueron seis meses muy tristes, sobre todo el día de mi cumpleaños, por que me notificaron que mi padre no saldría de esa, que era cuestión de tiempo, poco tiempo. Cuando comenzó la quimioterapia y el pelo empezó a caérsele, se lo corté casi al cero. Quise cortármelo yo también y solidarizarme con él, pero no me dejó. Estaba muy guapo con el pelo tan cortito, le hacía la cara de nene bueno.
Al final de sus días, cuando íbamos al médico, él ya no preguntaba nada. No quería saber su realidad. Aunque él nunca lo dijo, creo que sabía que su final estaba muy cerca... Como así fue. Unos días antes de morir, me arrodillé en el suelo, al lado de su cama y apoyando mi cabeza en su almohada le pregunté si él sabía que yo lo quería. Me miró y sonriendo me dijo que sí. Le dije que NUNCA se le olvidara.
La tarde en que murió, estuvo rodeado de la gente que le quería y a la que él quería... Lo cogí de la mano y dimos el salto juntos... Sólo que yo me quedé y él no. Tuvo una muerte muy dulce, no sintió nada y en ese momento, en ese instante le di gracias a Dios por que mi abuela lo recibió y yo lo despedí. Para mi fue un autentico privilegio tener su mano entre las mías en esos minutos.




Tres días después de muerte, soñé con él. Se presentó y no sonrió. Simplemente quiso transmitirme un mensaje para que se lo comunicara a mis hermanas y a mi madre. Sin abrir su boca y sin abrir la mía me dijo que quería darnos las gracias por cómo habíamos cuidado de su cuerpo físico mientras estuvo aquí, en la Tierra. A lo que yo le respondí que ojalá hubiéramos podido haber hecho más por él... Se dio media vuelta y sin despedirse, se marchó. Y creo que no se despidió porque no es una despedida, sino un "Hasta luego". Y desde entonces, no pasa ni un solo día en que no lo recuerde. Tanto en los malos momentos como en los buenos, sobre todo en los buenos.

Papá (hermosa palabra) te echo de menos. Ah! Por cierto, mañana es tu santo. FELICIDADES donde quieras que estés. Un beso.

Te sigo queriendo (que no se te olvide NUNCA).

miércoles, 11 de abril de 2012

¿El mundo se mueve por amor?

Mikel me hizo una pregunta la otra noche: Si el mundo se mueve por amor...

Quiero pensar que sí, pero la gran mayoría de veces no es así. El mundo generalmente se mueve por interés. Intereses creados por el hombre. Creo que todo gira en torno al dinero. Creo que el hombre (y no es generalizar) se está volviendo (nos estamos volviendo, unos más que otros) en unos ambiciosos y que tristemente empieza a contar el "tanto tienes, tanto vales" sin reparar en la persona, en el ser humano.
También me decía Mikel que si no era así, si nos iría mejor si todo se moviera por amor. Indiscutiblemente yo lo creo a pies juntillas. El terminar con el egoísmo, la ambición de poder, el tener más que tu vecino, el endeudarnos cada vez más... en vez de reducir nuestra ambición para no necesitar tantas cosas materiales. Dejar de mirarnos nuestro ombligo para mirar al de la persona que tienes frente a ti, sus penas y sus preocupaciones...
Cultivar el amor al prójimo, hacer el bien sin mirar si luego te lo devolverán con creces y no esperar nada a cambio. Simplemente sentir la gran satisfacción de saber que has hecho algo bueno por alguien y que esa noche dormirás un poco más tranquilo.

Un abrazo, siempre es un abrazo...


O alguien te ha hecho sentir bien con un comentario, un gesto... una caricia. El poder respirar a pleno pulmón sabiendo que has hecho una buena obra, has dado ánimo a un ser que apenas sí puede moverse por algún motivo y se movió...
Por otro lado, yo creo en la Ley del Karma. Creo que todo se paga en la vida, por que es ella y sólo ella, quien te da bofetadas en la cara o te felicitará si lo hiciste bien. El Karma es como un boomerang. Tú lo lanzas al aire y siempre te vuelve. Si haces mal, sólo te llegarán malas cosas... Si haces el bien, el boomerang te traerá recompensas. Aunque también hay personas que se van sin pagar nada (sólo aparentemente....)

No es mi estilo escribir aquí mis opiniones, pero bueno, me lo pidió Mikel y aquí está mi respuesta. Puede que levante ampollas y que se discuta, o puede que no, pero siempre serán opiniones y como tales, se respetarían.