Se fundieron en
un abrazo en cuanto se vieron. Tenían tantas ganas de estar juntos
que no lo ocultaban.
Él sentía por
ella un amor infinito. Le gustaba besarla en la cara, en la frente,
en los labios... Ella, aunque lo amaba también, no sentía la misma
intensidad en el sentimiento. De hecho, lo demostraba tocándose los
padrastros que en su mano derecha tenía. Simplemente se dejaba
querer y como era cariñosa, de vez en cuando le correspondía con
algún abrazo que otro.
A él le gustaba
ponerle flores en el pelo. Jazmines y otras florecillas azules de las
que no recordaba el nombre pero que olían bien.. Ella soñaba con
un apuesto gladiador romano... Quizá por eso esta vez le puso en el
cabello unas hojas a modo de corona...
Así los
encontré y así los plasmé en mi cuadro; llenos de ternura. Eso sí,
uno más que otro...
La explicación de este relato viene porque Mikel me dijo que había un programa en la radio donde daban unas características para escribir un relato con 150 palabras como máximo. Esta semana tocaba sobre el cuadro de "El beso" de Gustav Klimt y tanto se podía hablar sobre la historia de los personajes como inventada. Por supuesto la mía es inventada... Pero aquí os dejo la verdadera historia de este cuadro que me apasiona (el segundo en apasionarme es "El Guernica" de Pablo Picasso).
El beso (original en alemán: Der Kuss) es una obra del pintor austríaco Gustav Klimt y probablemente su obra más conocida. Es un óleo sobre lienzo de 180 x 180 centímetros, realizado entre 1907-08.
Esta obra, que sigue los cánones del Simbolismo, es una tela con decoraciones y mosaicos y fondo dorado (hecho con pan de oro).
Está expuesta en la Österreichische Galerie Belvedere de Viena.
En la bibliografía reciente se ha interpretado este lienzo, desde la óptica de la iconografía, como una representación simbólica del momento en que Apolo besa a la ninfa Dafne que se está convirtiendo en laurel, de acuerdo con el relato de la metamorfosis de Dafne que se encuentra en la obra de Ovidio. Esta obra se completa con la del friso de Klimt en el comedor del palacio Stoclet deBruselas, en el que la metamorfosis de la pareja se consuma y nace un nuevo laurel. Esta perspectiva, apoyada en la literatura, da un sentido a esta obra de Klimt en un contexto iconográfico, no sólo metafórico, de la historia del arte.
Dicho cuadro ha tenido gran influencia en el video de la abertura del anime Elfen Lied. Existe, asimismo, una canción, "El beso de Klimt", inspirada en este cuadro, y obra de la polifacética artista madrileña Virjinia Glück.