Hoy, después de casi seis años sin ti, te sigo recordando. Me acuerdo de tus manos. Eran muy bonitas para ser de hombre, de dedos finos y delicados, dedos sutiles y con destreza. Tu mirada cálida, de ojos verdosos y tu amplia sonrisa reconfortaba al que la mirara.
En una ocasión elegí la LIBERTAD como compañera de viaje y aunque ella no sabe de ternura y soledad, tu sí lo sabías. Por eso siempre me llamabas cuando pasaban días sin ir a veros... Y yo, absorta en mis problemas, salía de ese letargo y tu me devolvías a la realidad. Que tenía unos padres que siempre estaban "ahí", velando por mis hijos y por mí. Y os besaba. ¡Cómo lo echo de menos! ¡Cuánto te echo de menos, papá!
Portman, Murcia |
Cuánto me gustaría que bajaras del cielo y volver a tenerte. Nunca me apoyé en un hombre que no fueras tú. Tú eras mi bastón. Y aunque soy independiente por naturaleza, todos en algún momento de nuestras vidas, necesitamos ese apoyo. Y es que me siento cansada, y aún me queda camino... Y me gustaría que fuera un poquito más fácil, con menos piedras por apartar....
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