Se duchó. Se hizo un moño. Siempre se lo hacía cuando quería comodidad; además, le sentaba bien. Se fundieron en un abrazo cuando se vieron. La gente los miraba, los conocían... Ella sentía un cariño profundo por la persona que ahora la abrazaba y él también lo sentía por ella. Al menos, eso creía ella... ¿Cómo sino él la cogía de la cintura, se acercaba de más a su cara para darse un beso y se miraban con ese cariño tan especial? Habían compartido tantas vivencias!
Ella dijo que volvería al día siguiente para estar en la misa... pero estuvo pensando durante la noche y decidió no ir. Ya vio la mirada de él en otra ocasión, también saliendo de una iglesia y en esa ocasión no pudo estar más tiempo con él. En esa mirada que le dedicó a ella, que la buscó entre la gente hasta que la encontró y se sintió reconfortado al verla allí, vio todo el dolor del mundo en esos ojos. Ella sintió ganas de salir a su encuentro y abrazarlo, decirle que allí estaba ella para ayudarlo... que se dejara guiar cogido de su mano. Pero no pudo ser. Por eso, decidió no asistir a esa misa por la hermana de él. No quería volver a ver esos ojos tan tristes "suplicando" qué sabía ella.
Playa "Los Pinos", Alicante. |
Rezará una oración y pedirá por el alma de la hermana de él....
Muy bonito, aunque muy triste.
ResponderEliminarHola José Antonio.
ResponderEliminarA veces la vida te da unos palos impresionantes y debes de saber lidiarlos. Para qué quedarte en una situación que te hace daño? Sabes que el pasado pasado és y que no volverá... que quieres ayudar pero el destino no te deja...
Un abrazo.