Las arrugas en su piel me cuentan cosas. Cada cerco marcado quizá sea un sufrimiento o una alegría. Porque también hay arrugas producidas por la risa...
Miro sus manos, de dedos largos y sensibles, de piel fina translucida de venas e incluso da algo de miedo cogerlas fuerte -para ayudarla a levantarse- por si la lastimas.
En su mirada hay un océano de vivencias; unas veces calladas y otras gritadas a los cuatro vientos. Ojos en los que puedes llegar a perderte, bucear en ellos y aprender mil y una historias... Ojos que te hablan de resignación y limitaciones, de asentir con la cabeza y dejarse llevar. De pasos vacilantes ayudados por un "andador" y su afán de seguir independiente, su lucha por permanecer fiel a sus convicciones.
Doña Josefa |
Cuando me despido de ella siempre me pregunta si vuelvo al día siguiente. Unas veces sí y otras no. Pero esa pregunta me la hace mirándome a los ojos... desprendiendo un amor y un cariño que sólo esas personas tan especiales pueden dar a bocajarro. Por eso sorprenden. Por su cercanía, por su saber estar... por su entereza y sobre todo por esa tranquilidad que dan los años; el saber que ya queda poco y que están a vuelta de todo. Que un problema ya no es un problema porque su mundo se volvió sencillo con la edad.
Así es mi "jefa", un ser muy especial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario